Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://gregorytakh802022.alltdesign.com/el-cabezazo-de-zidane-un-momento-que-quedó-en-la-historia-57296751